Los orígenes de Tobarra se remontan a la Edad del Bronce I, incluso los hay más antiguos como el “Dolmen” de los Selvares [v], romanas son las “villae” de Sierra, la cuasi-palaciega de Mora de Santa Quiteria o las termas de Santa Victoria, debido principalmente por el paso de la vía romana Complutum-Carthagonova, encontrándose un miliario (235-238 dC) del emperador romano Maximino Cayo Julio Vero (Tracio), pero es principalmente su origen ibérico la que la configura y consolida, tal y como los ponen de manifiesto los diferentes hallazgos arqueológicos encontrados en la zona, de la cual deben destacarse, la necrópolis de la Hoya de Santa Ana (I. d.c), o el Conjunto Rupestre de Alborajico, constituido como complejo cenobítico cristiano habitado durante los siglos V al VIII d.c. [vi]. Perteneciente a la Cora de Tudmir (Provincia de Teodomiro) incluido en el emirato independiente de Córdoba, Tobarra podría haber tenido los mismos privilegios que los recogidos en las capitulaciones de Teodomiro similares a los de la Ciudad de Mula, Tobarra sería sede de un importante caudillo Yagub Ibn Jalid Al Tubarri, que dominaría el espacio entre Albacete y Hellín (920-930 d.c.). Reconquistada a los musulmanes en tiempos de Fernando III por personas procedentes de Aragón, predominantemente, a la conquista de Murcia. El 10 de Marzo de 1.244 Alfonso X la entregó al concejo de Alcaraz, y en 1.269 ya se distinguiría como villa independiente al concederle el Fuero breve de Alcaraz que no era sino uno de los fueros más antiguos de España, el de Cuenca [vii], En 1.324 fue saqueada y quemada la Villa por los moros, repoblada y levantada al año siguiente por Sancho Ximénez de Lanclares, Adelantado Mayor del infante D. Juan Manuel, tras obtenerla en Señorío, pasando a formar parte a mediados del S.XIV al Señorío de Villena a la muerte de éste [viii]. El 11 de septiembre de 1.476, finalmente, pasaría a depender de la Corona de Castilla. Tobarra ha gozado de privilegios otorgados y confirmados posteriormente por diferentes Reyes y Señores, entre ellos Fernando III, Juan II, los Reyes Católicos, su hija Juana la Loca, Carlos II o Felipe V con motivo del apoyo mostrado a los Borbones. A principios del S.XV ya se distinguiría con el Título de Villa, título que podría haber sido otorgado por Alfonso de Aragón [ix]. El controvertido origen del topónimo “Tobarra” ha sido estudiado en diferentes ocasiones. Se la ha intentado relacionar con la Tribola de las guerras púnicas donde Viriato venció al Pretor romano Cayo Vetilio (147 a 146 a.c), con la Túrbula de la Batestania íbera citada por Tolomeo [x] (S. II d.C.) y posteriormente por Flavio Dextro y Juliano en relación con el martirio de Santa Victoria acontecido el 23 de diciembre del año 255 d.C [xi], (el nombre de Santa Victoria se encuentra presente en una termas romanas y en una capilla de la Iglesia de la Asunción); desmentido en estudios posteriores por Hurtado Ríos que le otorga el carácter íbero al topónimo [xii]. Siguiendo a Carmona González [xiii] que cita el texto árabe del S.XI escrito por Al-`Udrî, regidor de la Ciudad de Murcia, el cual ya aparece como Tobarra, su origen por lo tanto no sería árabe sino probablemente anterior, en todo caso al S.VIII; otros autores la sitúan en época premusulmán incluso anterior a la llegada de grupos árabes y beréberes en el S.VIII [xiv], otros en todo caso con la llegada de grupos beréberes argelinos en torno al año 712 de nuestra era de donde tomaría el topónimo “T” del nombre [xv]. Nómadas beréberes que en su camino de expansión introducirán el ruido ensordecedor de los tambores junto a las notas dulces de las zokras, de la cual se podría teorizar y extraer la presencia del tambor hace ya 1.300 años en Tobarra, que en el caso del modelo t´bâl [xvi] no se diferenciaría excesivamente de los existentes en Tobarra hace 100 años tanto en su estructura, materiales y dimensiones [xvii]